(Versión II) La verdad de un crimen, una víctima del error judicial

Versión II del "Crimen de Teseguite" publicada en el periódico La Vanguardia

   Comunican de Las Palmas que se  ha descubierto un horrible crimen cometido hace ocho años en el caserío de Teseguite (isla de Lanzarote), del que fue victima María Cruz, dueña de una modesta tienda de comestibles y tejidos, persona honorable y de  regular posición. Por recaer sospechas de que fuera la autora del crimen de su hermana, Petra, ésta fue entonces encarcelada.  Petra hacía constantes protestas de inocencia y llego a enloquecer, muriendo poco después. 

   La opinión pública siempre creyó que Petra era inocente del crimen, que se le imputaba, considerando además que  era mujer de hábil complexión  para librar una lucha y degollar a su hermana, que era mucho más fuerte que ella.

   A pesar del tiempo transcurrido,  la opinión pública en el caserío de Teseguite y otros pueblos de Lanzarote, venía intrigada comentando que los verdaderos criminales eran tres sujetos que en la época en que se cometió el crimen  eran todos menores de edad, si bien mayores de 18 años. 

   Ahora han sido detenidos por  la guardia civil y han confesado su crimen. El móvil del crimen fue el robo, pues el día antes al del suceso, María había cobrado  una regular cantidad. Dichos sujetos eran jugadores, y careciendo de dinero,  la noche del crimen,  para continuar sus fechorías, idearon  asaltar el domicilio de  María Cruz, asesinándola.

   Para desarrollar el malvado plan, llamaron a la ventana de  la casa de  la víctima con el pretexto de comprar fósforos. Al ir a llamar y conocer María Cruz a uno de aquellos sujetos, pues  eran del mismo caserío y personas que consideraba de toda confianza  para ella, abrió un postigo de  u na ventana baja, sacando fuera,  la cabeza y  un Brazo  para entregar  la caja de fósforos que habíanle pedido. En aquel momento, rápidamente, uno de aquellos individuos la sujetó del cabello y otro le dio  u na tremenda cuchillada, cortándole  la yugul ar y dejando la cabeza casi  separada del tronco. Realizado el delito, penetraron en el domicilio de la víctima, comiéndose los manjares que tenía preparados  para cenar, pues el crimen se perpetró en las primeras horas de  la noche y después de haber comido tranquilamente, registraron los muebles, hallando 415 pesetas, que se distribuyeron. Al abandonar  la casa del crimen, se percataron de que sólo habían - cogido cuatrocientas pesetas, dejando quince por olvido y  trataron de volver al domicilio de la víctima a recoger aquel resto, pero desistieron ante el temor de ser descubiertos. La noche del crimen continuaron la juerga. 

   El suceso es comentadísimo, dedicando la opinión pública  un piadoso recuerdo a Petra Cruz.

Noticia publicada el Domingo 21 de agosto de1927 en La Vanguardia la Página 17. 

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